Por Juan Tomás Valenzuela
Al grupo de periodistas
que fue a oriente con Medina,
se la pusieron en China
por‘tar privando en coristas.
Todos estos palangristas,
que asistieron por encargo,
sintieron el trago amargo
que implica estar de visita,
donde el marío de Candita
no impresiona con su cargo.
Danilo se fue a Beijing
llevando una comitiva,
que era más grande y masiva
que la escolta de Putín.
Hasta el Dr. Chapatín
fue de médico auxiliar,
intentando impresionar
a tó el que estaba presente,
llenando el salón de gente
que solo fue a figurear.
Los chinos, que son muy finos
con lo de la diplomacia,
creo que no les cayó en gracia
las vainas de este cretino.
Le cerraron el camino
a tó el que andaba con él,
solamente a su mujer,
a Peralta, a Montalvo
y un camarógrafo calvo
fue que dejaron mover.
La situación de Cavada
me dió más pena que risa,
él que armó con tanta prisa
su transmisión para nada.
Lo dejaron en la entrada
junto a los otros lambones,
chequeando por los balcones
la ceremonia oficial,
pero sin poder grabar
a Danilo y sus guasones.
En el avión de Medina
llevaron más de 70,
sin poner en esa cuenta
a la recua de bocinas,
que solo fueron a China
a abultar la comitiva,
y aunque estaban muy activas,
hablando de la “reunión”,
ni llegaron al salón,
ni hicieron su narrativa.
Ya se ha vuelto una costumbre
que ande vaya el presidente,
vaya un paquete de gente
tan solo a comer legumbres.
Se nota la incertidumbre
de un gobierno sin cabeza,
donde ponen una mesa
ocupan todas las silla,
pues siempre la camarilla
es inútil, grande y gruesa.
Juan de los Palotes
1 noviembre 2018